1 de enero de 2017

Haz tus maletas sin saber donde te mudas, pero no te olvides de tu pasaporte europeo

"HAZ TUS MALETAS SIN SABER DONDE TE MUDAS" (en francés o en español) por PAUL B. PRECIADO es la lista de "Propósitos para el 2017" de una persona über-privilegiada que por adelantado PUEDE todo esto solo por desearlo.
Cuando esto viene de una de las personas que son reconocidas como una de las supuestas "cimas" del pensamiento queer en español y/o en francés, no veo la diferencia con la mierda que produce el movimiento mainstream LGBT: un texto completamente inconsciente que presenta/representa un inexistente y excluyente "nosotres" desde esa cima. Y va a ser que se trata de una cima literal, ya que no se puede mirar más hacia abajo que lo hace este texto mientras fantasea con pseudo-provocar instrumentalizando realidades que se nos suponen tan lejanas como una prisión, un campo de refugiades, un asilo de ancianes, un matadero, un psiquiátrico, un padre trabajador sexual..., y que lo único que dejan claro es que son lejanas para el hipster-queer Paul.

Preciado psuedo-sueña aquí con la vida obligada de les personas sin sus privilegios, pero entretejida con esa vida solo posible con esos mismos privilegios. 

Ya lo dice el título: "Haz tus maletas sin saber donde te mudas", "pasa una frontera"... pero no te olvides de tu pasaporte europeo, ni de ese dinero que tenías en esa cuenta de banco que has cerrado antes de destruir tu tarjeta de crédito. 

Lo que ahora me hace falta entender es por qué en mi muro de Facebook solo leo reproducciones y ovaciones sobre este texto. O tal vez lo entiendo, y por eso NI QUEER NI LGBT!



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5 de marzo de 2016

Institucionalizando una determinada versión de la bisexualidad en un decálogo


Durante la etapa de mi vida en la que hacía activamente política bisexual, hubiera pensado que era un gran paso en la dirección deseada conseguir que una asociación estatal como la FELGTB proclamara un Año de Visibilidad Bisexual. Hoy, desde otra posición, lo veo más bien como una combinación entre por un lado seguir dando cabezazos al muro levantado por las identidades homosexuales para ver si se resquebraja mínimamente, y por el otro un intento de elevarse al mismo nivel que esas identidades LG criticadas para conseguir comerse un trozo de la tarta. Es decir, sublevarse contra les que oprimen porque se está codiciando ser de les que oprimen.

Creo que por aquel entonces, el leer (o incluso producir, vete tú a saber con la de políticas activistas en las que he participado que ahora me horrorizan) un decálogo ya me hubiera dado bastante grima. Eso de los 10 mandamientos, sea en el contexto que sea, me suena retrógrado y pío. Pero sobre todo, autoritario. Y yo, ya por entonces, no quería que me impusieran cosas (ni palabras ni leyes) asociadas a mi afectivo-sexualidad.

Por ello, el decálogo me produjo ya antes de leerlo un instintivo rechazo que se confirmó al leerlo. Desde que lo vi, llevo pensando si crear una entrada en este blog para dar unas pinceladas de mi opinión. Ya en marzo, al final me voy a lanzar al ruedo y ver cuántas tortas virtuales me llueven si todavía alguien lee este blog.

No sé quién lo ha hecho. Seguramente conozco a una gran parte. E incluso hasta algune sea mi amigue. Así que sé que esta entrada será, cómo no, mal recibida. Pero a día de hoy, como ya hace mucho que he ido diciendo y se puede leer en el propio título de este blog, no me interesa reforzar ni la política LGBT ni la política queer. Ya hay mucha gente haciendo justamente eso, y lo hacen estupendamente.

Creo que desde mi conocimiento del activismo bisexual desde dentro, puedo entender por qué aparecen todos y cada uno de los puntos del decálogo. La forma en la que están formulados. A quiénes se dirigen de forma implícita. Qué problemas intentan abordar. Qué soluciones pretenden establecer. Pero incluso así siguen sin gustarme.

El primer mandamiento ya me deja claro el tono dogmático del documento. La comunidad bisexual representada por las asociaciones y les activistas más activos (valga la redundancia) parece que ha proclamado como verdadera una definición consensuada creada si no me equivoco por Robyn Ochs, que es la que se reproduce aquí. 

Yo, que ciertamente también he usado esa definición en ocasiones, me vengo ya preguntando largo tiempo por qué hace falta tener definiciones consensuadas, que más bien son impuestas, sobre lo que una determinada etiqueta significa. Y sobre todo, a qué personas se deja fuera al imponer una definición. Yo, cuando me inicié con la etiqueta bisexual no la entendía según esa definición. Y me consta que muches otres de les activistas bisexuales tampoco. Con el tiempo, algunas posiciones van cambiando, pero no para todes, y no del mismo modo. Yo todavía me encuentro hoy en día con personas que se autodenominan bisexuales y que entienden algo mucho menos políticamente correcto dentro del movimiento LGBT que lo que esa definición expresa. Y sé que otra gente jamás ha pasado por una definición de la bisexualidad como esta y han usado/usa la palabra. Tal vez su definición incluso fuera más políticamente correcta si se entienden los motivos. Depende del colectivo al que se pretenda incluir.

Como ya he dicho en otras ocasiones, creo que en un intento por incluir a la fuerza a "todo el mundo", se deja fuera a la mayoría de personas que usan la etiqueta.

El decálogo, iniciándose con esa definición, creo que intenta no reproducir algo de lo que se suele acusar a la bisexualidad: binarismo. Y no obstante, no hace falta más que continuar con el segundo mandamiento (y el resto de la lista) para ver que pensar en términos no binarios aparentemente es un ejercicio harto difícil. Así se contraponen homosexual vs heterosexual, mujeres vs hombres, lesbianas vs gais, lesbianas y gais vs heterosexuales

El cisexismo se huele en esas mujeres y hombres mencionades cuando no hay otras referencias a otros géneros que la de la famosa definición. Vale, vale, ya sabemos que sabéis que existen las personas trans porque lo pone en la definición, pero aparentemente con decirlo ahí es suficiente. Tanto tiempo escuchando en los círculos bisexuales las quejas (justas) sobre la política LG que incluye la B en el nombre o en una frase y luego se olvida de ella, para encontrarnos con esto. En realidad, casi pienso que esto es un "despiste" de principiante, porque creo que hasta en el activismo bisexual más institucionalizado muches de sus integrantes pueden ver este "desliz".

Otra cosa que me produce rechazo son esas ideas implícitas (que ya he criticado muchas veces) y que, aunque se intentan esconder, saltan a la vista. Por mucho que el séptimo mandamiento nos intente hacer creer que ser monógame o ser poliamorose, fiel "o no" tienen el mismo valor para les legisladores de estas leyes, no nos lo terminamos de creer. O al menos no yo. ¿Por qué si no, no se puede nombrar la palabra infiel cuando se nombra la palabra fiel? ¿A qué estereotipos negativos se refieren que no se pueden nombrar? ¿Cuáles son esos mitos sobre la bisexualidad que obligan a tantes bisexuales a esconderse en el armario según el documento? Esa preocupación con ser aceptade, con no ser mal viste, que ya me repateaba cuando hacía activismo bisexual (y a la que no me quise adscribir), sigue rezumando en este decálogo. Y me oprime.

Como persona con prácticas que el colectivo bisexual define como bisexuales, odio que al mismo tiempo me intenten imponer una etiqueta que yo no deseo y que no me describe, y me posicionen en una escalera de valores que no comparto. Adoro la confusión. Tengo y he tenido muchas fases. No soy "como cualquier persona" ni me da la gana serlo. No quiero que no se me rechace socialmente a base de elevarme sobre las personas que tienen prácticas como las que esos supuestos mitos niegan.

Por cierto, eso de tener relaciones "sin adjetivo" como norma me resulta hasta cómico que aparezca expresado. Considerando la obsesión del texto con el uso de etiquetas (y de la comunidad bisexual en etiquetar a cualquiera que tenga prácticas que elles consideran como bisexuales), el que de repente no se pueda etiquetar a las relaciones es, cuando menos, poco coherente. 

Me surge con ello una duda maliciosa. Si la persona con la que una persona bisexual tiene esa relación (aparentemente hay que tener relaciones en esta vida, oiga) se define como homosexual, ¿tiene derecho a definir su relación con un adjetivo? ¿Y cuál sería? Considerando el sacrosantítismo derecho a la autodefinición del movimiento LGBTQ (que tampoco comparto), ¿ahora la persona homosexual no puede definir sus prácticas?

Y ya que estamos hablando de incoherencias, y acabo ya dejándome en el tintero las cosas pequeñas, lo es un tanto (aunque sepa de dónde viene) esa necesidad de proclamar a gritos la existencia y la realidad de la bisexualidad y la bifobia, e insistir en lo negativo de su invisibilización, en documento tan lleno de invisibilizaciones, negaciones de existencias y de realidades tanto de determinadas personas que usan la etiqueta bisexual sobre sí mismas como de otros colectivos y performatividades.


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9 de marzo de 2014

Qué tiene de feliz tener un día de la mujer

Mi Facebook, mi buzón y todas las demás redes sociales en las que participo se pasaron ayer el día repitiendo de cien mil modos diferentes lo mismo: FELIZ DÍA DE LA MUJER. Parece que si eres o dices ser feminista de cualquier sexo-género, tienes que alegrarte por la existencia de tal día, tienes que marcarlo mandando vacíos sms y actualizaciones de estado de felicitación, tienes que llenar tu 8 de marzo de lila y por supuesto, ante todo y sobre todo, tienes que seguir a la masa y no ser une aguafiestas respondiendo mal a todas esas felicitaciones y máscaras de alegría.

No ser une aguafiestas... ¡qué feminista!

Esto del 8 de marzo lo veo como el 28 de junio. Venga, vamos todes a celebrar en unidad los maravillosos avances que hemos logrado para las mujeres y para las personas LGBT. Vamos a mostrar que somos agradecides, que apreciamos esas concesiones por parte de nuestres opresores, no vaya a ser que se arreptientan y nos las quiten. Vamos a hacerles ver que sabemos lamernos las heridas y sonreír al látigo que las produce, o todavía mejor, que estamos dispuestes a esconder las heridas bajo fiestas, felicitaciones y eslóganes vacíos. 

Yo necesito que alguien me explique qué es lo que tiene de feliz el tener un día de la mujer, o un día de las personas trans*, o un día de les niñes, o un día de les portadores del VIH. Qué es tan celebrable en la instucionalización de un misero día al año para cada uno de los oprimidos. 


Empezando por la lógica para preescolares, si un día al año celebras que es el día de la mujer, supongo que el resto de los 364/5 días celebras que no lo es. Si un año es el momento de acordarse de los derechos de les niñes, el resto de la historia de la humanidad, supongo que es el momento de olvidar que son individues. Si un día al año te sientes de la hostia porque te subes a una carroza gritando que eres gay, supongo que el resto del tiempo te sientes en la mierda porque no puedes gritarlo, ¿o qué? ¿Ya estás conforme y liberade con haber participado en ese desfile? ¿Ya has obtenido esa igualdad? ¿Ya se acabo el heterosexismo? 

Aparentemente ayer el patriarcado dejó de funcionar... o eso parecen hacerme querer creer todes esas felicitaciones... Y aparentemente hoy ha vuelto, ya que nadie se felicita. 

Y ahora dejando ya la lógica para preescolares, me repatea que el 8 de marzo y sus fiestas (o manifestaciones-fiesta) se hayan convertido en un símbolo de ser feminista. Como si el feminismo fuera una cosa única. Como si todes les feministas estuvieramos de acuerdo. Como si ele que grita más alto el 8 de marzo es quien hace más trabajo por desmantelar el patriarcado y luchar contra el sexismo, la misoginia y la opresión. Como si el no estar de acuerdo en celebrar este día fuera igual a ser machista. 

Qué casualidad que sea el feminismo más reaccionario el que suele establecer la agenda del 8 de marzo. Aquí en Dinamarca es el de opresión de les trabajadores sexuales. En la mayor parte de los sitios que leo, es el biologicista tránsfobo con su tiranía de los coños y los úteros como factores definidores de la condición de mujer. Desde luego que en ambos lo que florecen son los valores de la clase media que se define como blanca y que excluye de la supuesta lucha por la igualdad a todes les que no cabemos en sus etiquetas identitarias ni en su blanco puño inmaculado que nos regala flores como felicitación en lugar de proponernos un fisting

No gracias, ni me felicites ni me llenes los muros de basura reafirmante del patriarcado.


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24 de enero de 2014

InBIsibilizar mediante la política bisexual

Iba a comentarlo en Facebook (y lo haré justo después de publicar esto), pero temo que mi crítica "no positiva" (o eso que otres suelen llamar "destructiva") desaparezca del evento, como tantas veces me ha pasado, así que he decidido hacerlo también aquí.

El activismo bisexual mainstream, es decir, ese dominante y casi el único que tiene voz y palabra, escribe y grita sobre la falta de mención que les bisexuales sufren. Una queja constante sobre la invisibilización (no, perdón, inBisivilización), sobre el tokenismo (vamos, la falsa inclusión de un grupo minorizado dentro de otro mayor para mostrar diversidad e inclusión que no son tales), sobre el que cuando se nombra la B sin otro motivo que mencionarla es también opresión, etcétera. Y casi diría bravo por todos esos gritos si son vistos dentro de una política de identidades. Pero claro, qué sorpresa, la política identitaria siempre lleva a lo mismo: normatividad, opresión, minorización, marginación, exclusión.

Se está creando una asociación en Valencia que según lo que leo dice que incluirá a BIsexuales y PANsexuales. Como parte de este proceso, se pregunta por Internet qué nombre ponerle. Las propuestas que surgen del grupo que parece activo en su creación, todas incluyen BI


¿Dónde se ha quedado ahora esa insistencia con mencionar cada identidad? ¿Dónde están los nombres que incluyen PAN? No claro, esto es diferente... porque la bisexualidad incluye la pansexualidad, o al menos eso creen les bisexuales que utilizan la palabra como un paraguas.

[El dichoso paraguas. Hace años que no comparto la idea. Tengo que escribir sobre esto en otra entrada.]

¿Pero cuántes pansexuales se sienten tokenizades con la inclusión de PAN en una asociación que claramente es dominada por bisexuales? ¿Cuántes pansexuales leen el texto y ven que la única mención a la pansexualidad es claramente utilizada del mismo modo que la B se incluye en LGBT? ¿Cuántes pansexuales se ven invisibilizades en esas propuestas de nombre?

La comunidad bisexual y sus normas oprimen a aquelles que se identifican con la pansexualidad. Una identidad siempre lleva eso. La comunidad pansexual también tiene sus normas y oprime a otres que usan otras identidades. Lo que yo no entiendo es por qué a tan poca gente ver todo esto no le da ganas de abandonar ese tipo de políticas.


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15 de enero de 2014

Hospitales, diversidad funcional y biopoder

Visitar un hospital danés es una de esas experiencias que te sirve para ver cómo funciona la mente de les que se consideran mayoría en relación a aquelles que consideran minoría.

Me explico.

Sección de oftalmología más grande de este país. Lo primero que encuentras es un cartel enorme en el que está escrito que te pongas en una de esas dos colas o que registres tú misme en el ordenador que hay en la pared. Cuando llegas al mostrador, la secretaria (siempre son mujeres) te da un papel en el que pone que sigas la línea negra que da no sé cuántas vueltas, cambies a la línea azul y luego a la roja, hasta llegar a una determinada sala de espera con el nombre de la subsección que vas buscando. Por el camino, te cruzas con varias puertas de cristal que tienes que abrir tú misme. Cuando te sientas en la sala de espera, estás rodeade de folletos que tratan sobre diferentes enfermedades del ojo. Carteles en la pared explicando que no siguen el orden de llegada en las llamadas. Una televisión encendida sin volumen, con todo tipo de informaciones sobre el hospital, por escrito. Vale, todo muy útil y muy organizado... a no ser que te fijes en el pequeño detalle de que la mayoría de la gente en esa sección no ve bien y hay muchas personas ciegas o casi ciegas. Pero todes les que trabajan y han diseñado este hospital sin duda no lo son.

Piensas, esto debe de ser una excepción. Espera...

Sección de diálisis y diabetes de otro hospital diferente, pero también la más grande del país. Cuando entras un cartel te da la bienvenida y te dice que te sientes a esperar tu turno. En la sala de espera, una máquina de bebidas y varias jarras con otras bebidas. Y sobre ellas un cartel pegado que pone "Todas las bebidas contienen azúcar". ¿Crees que se refieren solo a la máquina? No, también las jarras que han llenado de agua azucarada con color, algo que aquí es muy popular entre les niñes. Ni una sencilla jarra de agua del grifo. 

Parece que son ejemplos casuales. ¿O qué?

Sección de otorrinolaringología del hospital más grande y sección de audiología de otro hospital menor pero especializado en poner aparatos auditivos. Llegas al mostrador y la persona te pregunta tus datos para darte la bienvenida y te explica dónde tienes que ir. Ningún papel con instrucciones esta vez. Cuando llegas al lugar de espera, te sientas en una sala repleta en la que hay gente sola y acompañada, gente que habla con palabras y gente que habla con las manos. Cada diez minutos sale une médique o enfermere y pronuncia el nombre de la persona que debe acompañarle. Sin embargo, la mayor parte de la gente allí no oye bien o directamente es sorda, con lo que se saltan pacientes y las personas sordas tienen que levantarse y decir su nombre o dar su tarjeta para ver si son elles. Esto durante años, imagino, sin que a nadie se le haya ocurrido poner una pantalla que escriba los nombres y la consulta a la que hay que entrar.

¿Continúo entonces?

Sección de cardiología especializada en personas con problemas eléctricos en su corazón. Es decir, gente que tiene arritmias de diverso tipo. Después de dar la tarjeta a la secretaria (también aquí son todas mujeres, como siempre) te invita a sentarte en la sala de espera y servirte un café o un (y no hay otras bebidas, tampoco agua, con o sin azúcar). Por supuesto, ambos con cafeína. Sin otros ejemplos, se podría llegar a pensar que tiene un objetivo, poder ver su efecto mientras estás en la consulta, pero no es así. Su consumición es voluntaria, y jamás se pregunta si has bebido algo. No obstante, en la lista de cosas que te sugieren no hacer, por si alguien lo duda, está mencionado no consumir cafeína.

¿Más todavía? No, porque puedo seguir hasta el infinito, estoy segure. A mí desde luego todo esto me dice que si en estos sitios, donde saben que tratan a menudo con gente que tiene necesidades diferentes, sigue triunfando el capacitismo, la situación en el resto de ambientes es insoportable.

Bueno, un ejemplo más y ya paro. Uno más porque este es un poco diferente. Aquí no se trata de imbecilidad y falta de ponerse en la situación de les demás. Esto es directamente maldaz. O lo que es lo mismo, biopoder y control de los cuerpos considerados como pertenecientes a mujeres.

Sala de recuperación de la anestesia después de un aborto. A tu alrededor, personas que acaban de parir y tienen a sus bebés en los brazos. Sonrisas, llantos de recién nacide, felicitaciones, flores, más celebraciones. Y tú mientras tanto intentado despejarte de la intervención que te ha permitido evitar justamente tener que reproducir ese sistema de reproducción. Pero a ti nadie te felicita, no hay nada que celebrar. ¿Para qué te han puesto en esa habitación cuando hay otras? Sin duda, para regular tu comportamiento y hacer de tu experiencia algo que no desees repetir.


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24 de diciembre de 2013

Navidad opresora

24 y 25 de diciembre. Unos días cualquiera en la sucesión quasi infinita del devenir temporal. Unos días más en un calendario arbitrario (el gregoriano) que no pertenece a todes les habitantes del planeta, aunque el imperalismo cultural occidental está obligándonos más y más a regirnos por sus números indiferentes (2013) basados en acontecimientos más indiferentes todavía, extraídos de una obra pertenenciente al género de la literatura fantástica (La Biblia).
Mes del cambio del calendario
juliano al gregoriano

Pero no. 24 y 25 de diciembre. ¿Cómo van a ser días cualquiera? "Todo el mundo" sabe que es NAVIDAD. Es decir, unas fechas arbitrarias decididas en base a datos recreados por la imaginación de un monje hace unos 1500 años sobre el nacimiento de un ser insignificante (probablemente ni histórico) siguiendo otro calendario (el juliano) en el que hoy es 11 de diciembre. Es decir, que según los cálculos de ese monje hoy ni siquiera sería navidad si no fuera porque otro iluminado en ese sitio llamado Vaticano hizo cambiar aquel calendario hace algo más de 400 años, es decir, después de un milenio. Pero no solo eso, para más sinsentido la fecha de hoy hace referencia a un supuesto nacimiento que, hasta les que estudian ese libro como un documento histórico, creen que no tuvo lugar ni en diciembre ni en el año 1, sino unos 4 ó 6 antes en un día indeterminado de un mes cualquiera, ambos desconocidos.

Navidad. Concepto sin sentido desde cualquier punto de mira.

La navidad es una celebración
de un nacimiento religioso
Una fiesta religiosa reconstruida y reinventada a lo largo de dos milenios por una secta religiosa que ni es global ni lo ha sido nunca. Una celebración cristiana de un hecho que la mayor parte de les habitantes de este planeta no reconocen. Siguiendo un calendario que, aunque cada vez más expandido, no es el oficial ni en Arabia Saudí, ni en Etiopia, ni en Nepal, ni en Afganistán, ni en Irán, y que solo se usa parcialmente en sitios como Japón, India, Bangladesh, Israel, Sri Lanka, Burma/Myammar, Camboya, Tailandia, Corea del Norte y Taiwán. Vamos, por una enorme parte de la población mundial.

Si a esto añadimos la lista de creyentes de otras religiones y la lista de atees, por no incluir a les no practicantes cristianes, me parece a mí más bien que eso de que "todo el mundo" sabe y celebra que hoy es navidad no es más que otro cuento del imperialismo cristiano-occidental. Una cruzada más en versión moderna.

Pero olvidémonos pues del original (y todavía muy presente) significado religioso y de la arbitrariedad de la fecha. Centrémonos entonces en lo que esa navidad es: días de la estupidez colectiva sin par.

Días de consumismo y celebración del capitalismo más brutal. Días de devorar carne a gran escala. Matanza global, opresión de las demás especies animales, destrucción medioambiental. Días de comer cadáveres hasta vomitar mientras una enorme proporción de les humanes se van con hambre a dormir en tierras destrozadas por esa producción capitalista que llena las mesas occidentales. Días de comprar basura y generar basura. Días de endeudarse.

A ver si tenemos unas navidades compasivas
Días de promover y mantener esas ideas de la familia, las tradiciones, la nación. Ni todes tenemos ni entendemos lo que es una familia, ni todes queremos mantener las tradiciones, ni todes pasamos estos días del mismo modo. Pero en la imaginación colectiva estamos todites en nuestras familias nucleares, mintiendo a les niñes para que inspiren ese deseo capitalista bañado de fe religiosa y nacionalista, mientras bailamos o decoramos árboles asesinados, cantamos moralina religiosa y nos atiborramos de seres muertos antes de darnos objetos innecesarios empaquetados en productos creados por más seres muertos. Más que un nacimiento, parece que se celebra una matanza colectiva.


¿Por qué será que me felicitan el solsticio
en invierno y no el de verano o los equinocios?
Celebrar la navidad es reproducir opresión. No celebrar la navidad y hacerlo igualmente, es decir, no poder estar sole sin sentirse mal, comer algo especial, comprar objetos asociados a esta fecha, dar o aceptar regalos, intentar crear un ambiente más agradable estos días, caer en sensiblerías asociadas por les demás al espíritu navideño, juntarse con les amigues o la "familia elegida", felicitando el solsticio, etc., no cambia nada. Al contrario. Solo refuerza la opresión, mostrando que hay UNA navidad REAL y todas esas otras formas alternativas, que por el hecho de serlo, ya son definidas como LO OTRO.

Celebrar la navidad no es solo dejarse oprimir por las convenciones sociales. Es reforzar el sistema patriarcal, heterosexista, cissexista, de monogamia obligatoria, de relaciones diferenciadas entre familia y no familia, capitalista, imperialista, religioso cristiano, nacionalista, racista, clasista, capacitista... Es convertirse en opresore.

Con imágenes como "todes les europees/occidentales/daneses/españoles celebramos la navidad" se excluye a quien no lo hace. ¿No hay judíes en Occidente? ¿No hay atees en España? ¿No hay musulmanes en Dinamarca? Estas imágenes además son muy detalladas, porque hay que crear un sentido de unidad nacional, con lo que la navidad en Dinamarca tiene que incluir comer pato o cerdo y bailar alrededor del árbol cantando salmos, mientras que la navidad en España tiene que incluir otras tradiciones diferentes, pero que aparentemente son entendidas como igual de únicas. Y es que se busca crear un monoculturalismo, siempre carnivoro y capitalista. Se busca oprimir y excluir.
Juguetes para niños/juguetes para niñas

No olvidemos también la opresión que tiene lugar por medio de la construcción navideña del género de forma sexista, (ej.: la mujer hace la comida/sirve), cissexista (ej.: desde los objetos de regalo hasta lo que se viste o se come están divididos por género), heterosexista (ej.: la navidad es para les niñes que son el centro de una familia nuclear) y monógama (ej.: navidad real hay una hasta para las familias divorciadas).

Una cabra de regalo,
y el símbolo cristiano poco escondido.
El análisis puede seguir por horas. Nombrando como el capacitismo crea imágenes en las que todes podemos celebrar del mismo modo con cuerpos iguales. Nombrando como el racismo crea imágenes en las que les niñes negres (que son todes iguales) no tienen navidad y les blanques con buen corazón se regalan calendarios de UNICEF o simbólicas cabras en una postal que se transforman en cabras reales que van a una familia africana. Nombrando como el clasismo crea imágenes de personas en casas calientes con cenas igual de calientes que además son tan bondadosas que invitan a les mendigues a compartir sus lujos por una noche. Y un largo etcétera.
Lavado rosa de la asimilación LGBT
en la celebración navideña

Pensando todo esto, a mí lo que me hace falta entender es cómo es posible que mi entorno, lleno de gente LGBT, queer, no blanca, con ideas antinormativas... gente activista siga celebrando o no-celebrando-pero-celebrando este sistema de opresión. Por eso, casi cada año acabo sintiendo la necesidad de escribir en contra de esta fecha mientras mi alrededor se vuelve loque en su euforia opresora.


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18 de octubre de 2013

Controlando el vocabulario femenino

Reunión queer con un grupo de personas cuyos cuerpos, a excepción de uno, seguramente son leídos como pertenecientes a la categoría "mujer". Estamos en un bar, somos bastantes y hablamos alto. Muchas de las conversaciones incluyen un lenguaje bastante académico y su contenido en ocasiones es complejo y altamente especializado. Al mismo tiempo, nuestro lenguaje también mezcla un vocabulario supuestamente agresivo, lleno de expresiones como joder, polla, coger y similares. De repente un tipo ajeno al grupo y a la conversación se acerca y se dirige a la persona de nuestra mesa que socialmente seguramente es leída como más femenina y más atractiva según los estándares heterosexistas daneses. El macho de turno suelta "Con la conversación tan interesante que tenéis, deberías no decir tantas veces joder". El energúmeno todavía se sorprende cuando el grupo casi al completo reaccionamos de forma violenta con gritos como "¡Qué te jodan!", y nos explica que no ha dicho nada malo. ¡Incluso se cree que es un cumplido! Y aunque casi todes reaccionamos así, él continúa atacando a la misma persona.

Este incidente tiene muy poco de insignificante, aunque sea una situación concreta en un grupo concreto. Se trata una vez mas de controlar el cuerpo que es leído como femenino, de hacerlo mas dócil, de domar su vocabulario, de limitar sus posibilidades de mostrar agresividad o insatisfacción, de recordarle que el espacio publico no le pertenece. El hombre cisgenero heterosexual se imagina con derecho a reprender a cualquier persona que entiende como mujer y, por tanto, como inferior en su jerarquía. Y por supuesto todavía más si esta mujer es una que por su atractivo es convertida en un objeto que como tal debe ser sumisa servidora de sus deseos sexuales.

Tampoco me parece insignificante ni casual que la única persona de nuestro grupo que se identifica y es leído como hombre cisgenero no reaccionara con la misma agresividad, o tal vez debería decir en absoluto, incluso cuando esta persona también se ve a sí misma como feminista y queer. Privilegio másculino interiorizado.

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