3 de abril de 2013

Privilegio heterosexual y bisexualidad

Las personas que se identifican como bisexuales disfrutan del privilegio heterosexual.

Y ahora todes a gritarme. ¡QUÉEEEEE! ¡Bifobia! ¡Horror! ¡Una persona que no se identifica como bisexual quiere definir la realidad bisexual! ¡Privilegios heterosexuales yo! ¡¿De qué vas!?

Pero después de desahogaros, permitidme explicarme. Lo sé, lo que he dicho sé que va contra las reglas de la comunidad bisexual. Y sin embargo, después de todo este tiempo cada vez estoy más convencide de que tengo argumentos suficientes para afirmar semejante postulado.

Partiendo de mi propia experiencia, sé que cuando me identificaba como bisexual podía acceder en ocasiones a privilegios reservados a las personas heterosexuales a los que no podía acceder en otras ocasiones en las que también me identificaba como bisexual. Sé que no siempre era voluntario, pero también que en algunas circunstancias era de forma intencionada. Y sé que en muchas otras ni siquiera era consciente de tener semejantes privilegios (como suele suceder, ya que suelen ser invisibles para quienes los tienen). Así que como bisexual he tenido una clara experiencia de acceder a privilegios heterosexuales, y en bastantes momentos de haberlo elegido.

Campaña bisexual negando el privilegio heterosexual 
entre les bisexuales. No se han parado a pensar que 
tal vez los problemas que afectan a las personas 
fotografiadas no tienen siempre relación con la falta 
de privilegio heterosexual, sino con la falta 
de privilegio cis, de privilegio de clase, de privilegio 
de cuerpo y estilo normativos y demás.
Esto, como digo, va en contra del dogma bi. Aparentemente para ser une "verdadere activista bi" hay que negar este acceso ocasional al privilegio heterosexual. Los motivos que esgrimen en la comunidad bi tienen que ver con insistir en separar las dos identidades. Vamos, que une heterosexual es heterosexual el 100% del tiempo y une bisexual es bisexual el 100% del tiempo, nada de un 40% homosexual o un 93% heterosexual. Y vale, muy bien, les bisexuales son 100% bisexuales todo el tiempo si así se identifican, pero, ¿acaso eso es igual a no ser leídes como heterosexuales o como homosexuales en muchas ocasiones? ¿Acaso eso es igual a no disfrutar de los privilegios de otras identidades? Para mí sin duda no. Y en mi experiencia personal no lo he vivido así.

También sé que el motivo por el que se lucha contra la expresión de esa experiencia que expongo aquí tiene que ver con los problemas de invisibilización y negación que sufren las identidades no monosexuales. Una persona con identidad bisexual no disfruta de forma permanente y constante del privilegio heterosexual, y en principio nunca del privilegio monosexual, además de sufrir varios tipos de fobias, entre ellas una especialmente dirigida hacia ella: la bifobia. Tiene que combatir la negación de su identidad, su invisilización, la marginación de su sexualidad, de su experiencia, de su pasado, de su presente y demás. Ya lo sé.

Pero la bifobia, la invisibilización y el carecer teóricamente siempre del privilegio monosexual no pueden ser pretextos que motiven la negación de la existencia de un privilegio al que que se tiene acceso. Para mí hay un problema en la política bisexual que, por no caer en tópicos y estereotipos y por combatir esos problemas inherentes que encuentra, decide negar vivencias que son evidentes (y reales) para una gran parte de les integrantes de la propia comunidad, y también que son visibles para sus aliades de otras comunidades bajo el abanico no cisheteronormativo.

Negar el privilegio heterosexual tiene para mí consecuencias nefastas. Una evidente es que lleva a que muchas personas con identidades homosexuales desconfíen de la política bisexual. Les que se entienden como homosexuales por lo general opinan que elles no disfrutan con la misma facilidad del acceso al privilegio heterosexual que las personas bisexuales. Como personas desprivilegiadas en cuanto a ese privilegio es comprensible que desconfíen de aquelles que niegan que lo tienen, cuando resulta visible que no es así.

Y sí, las personas homosexuales tienen acceso al privilegio heterosexual en determinadas circunstancias, pero por lo general no en el mismo grado que las personas bisexuales. El hecho de que disfruten por otra parte del privilegio monosexual, igual que lo hacen las personas que se identifican como heterosexuales, no es un motivo para que se niegue su posición desprivilegiada en cuanto al privilegio heterosexual, también en una comparación con las personas bisexuales. 

Aunque, como digo, las personas homosexuales no creo que accedan necesariamente todo el tiempo y de forma permanente al privilegio monosexual, del mismo modo que tampoco creo que a las personas bisexuales se les niegue todo el tiempo y de forma permanente semejante acceso.

Una cosa que me llama la atención de todas estas políticas identitarias y que no veo nombrado en los textos que leo es esa forma de entender los privilegios de forma estática, igual que hacen con las identidades. Un privilegio aparentemente se tiene o no se tiene. Y si se tiene, se tiene todo el tiempo, en toda situación, en todas las relaciones. Y si la experiencia para algunes muestra que no es así, es igual, porque el caso es que por principio ese privilegio pertenece de forma estática a esa identidad, que también es estática.

Así, desde la política bisexual se trabaja con este esquema:

bisexual = falta de privilegios
heterosexual = privilegio heterosexual y privilegio monosexual
homosexual = privilegio monosexual

Y desde la política homosexual se trabaja desde este otro:

homosexual = falta de privilegios
heterosexual = privilegio heterosexual
bisexual = privilegio heterosexual

Olvidando todes, por supuesto, aquellos otros privilegios que en la imaginación del movimiento mainstream (que en sí es cisexista, racista, clasista, nacionalista, pro-monógamo, etc.) todes sus miembres aparentemente comparten (por mucho que no sea así), como el privilegio cis, el privilegio blanco, etc.

Los privilegios son así pues estáticos en vez de situacionales, temporales, relacionales.

Con ello veo que surge otro problema. Aparentemente en esta visión estática, ambos grupos encuentran al enemigo común (y con razón) entre les heterosexuales. Pero luego las diferencias surgen. Si el acceso a un privilegio tiene que ser constante, les bisexuales negarán que tienen privilegio heterosexual, igual que muches homosexuales niegan que tienen privilegio monosexual (si es que conocen la palabra). Pero yo quiero insistir aquí en el hecho de no poder disfrutar de un privilegio todo el tiempo, en toda situación y en todas las relaciones, no es lo mismo que no disfrutarlo. En mi óptica más bien es una cuestión de grado.

Así creo que las personas que usan políticas identitarias se beneficiarían de utilizar un esquema como este:

heterosexual = privilegio heterosexual y privilegio monosexual virtualmente siempre
bisexual = privilegio heterosexual en grado variable y privilegio monosexual casi inexistente
homosexual = privilegio monosexual en grado variable y privilegio heterosexual casi inexistente

Acaba con el
privilegio heterosexual
Volviendo para terminar a mi experiencia... Cuando me identificaba como "bisexual", mientras tenía relaciones que desde fuera eran vistas como "heterosexuales", podía en muchas ocasiones elegir privilegios que no estaban disponibles para mí cuando tenía relaciones que desde fuera eran vistas como "homosexuales". En muchos casos ni lo elegía, simplemente sucedía. Cuando me identificaba como "homosexual", en algunos casos también podía acceder a privilegios reservados a les heterosexuales, o bien ocultando mi identidad o bien siendo leíde de forma errónea. ¿A quién le beneficia que niegue tales hechos? Desde luego no a les que carecen de forma virtualmente constante de ese privilegio. Pero tampoco a les bisexuales que desean ser conscientes de sus privilegios y crear una política más igualitaria, luchando entre otras cosas contra el privilegio heterosexual.

En lugar de seguir por los mismos derroteros, la política bisexual debería centrarse en combatir los elementos que crean problemas a las personas bisexuales: la bifobia, la invisibilización, el monosexismo. Pero no hacerlo a costa de negar privilegios a los que sí que tienen acceso y mostrar solidaridad con aquelles que realmente carecen de ellos.


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2 comentarios:

  1. Es una pena que los comentarios que se realizan en Facebook en grupos cerrados no puedan ser mostrados aquí, porque hay cosas muy interesantes que discutir. Alguien sabe si es posible moverlos automáticamente a esta plataforma?

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  2. Buen punto.

    En ciertos foros anglosajones, se percibe rápidamente cómo muchas mujeres que se identifican como lesbianas reprochan a las mujeres identificadas como bisexuales su acomodación en el sistema heteronormativo, especialemente durante esa edad crítica en la que se plantean la posibilidad de ser madres. Quizá, en ese momento, no piensen con la cabeza, sino con los ovarios. :-)

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